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[Aclaro que este pedido de $ es para Nat, no para Isla]
Bueno gente, son tiempos difíciles y une no supo apreciar el salario vacacional hasta que no lo tuvo. Estoy en mis tres semanas de licencia para ir al tablado, mirar el techo, estar con los gatitos y con suerte, escribir. He aquí que tras una serie de malas decisiones financieras (que abarcan desde el día en que elegí una carrera universitaria hasta ayer, que me compré un churro relleno en el teatro de verano) me quedan 50 pesos en el bolsillo. Quiero aclarar que también tengo unos discretos ahorros en el banco a los cuales no voy a echar mano salvo extrema emergencia. También tengo mucha gente que se ha ofrecido a prestarme plata – ¡pero no quiero pedir prestado porque no quiero tener que devolver!
¿Con eso quiero decir que estoy buscando que sean mis mecenas y me regalen plata? Sí. No sé cómo son ustedes y sus artes, pero yo para escribir – además de necesitar una compu, WiFi y la nube de Undernet para que mis textos vayan quedando respaldados – requiero de un mate, un alfajor, una chelita… alguna ingesta drogo-calórica que me reconforte.
Por eso se me ocurrió hacer este MEGAPOST con agite de alcancía porque quizás tengas ganas de leer alguno de mis cuentos en la playa, en el bondi, o donde quiera que estés, y desees que yo pueda seguir escribiendo y destapando chelitas.
Aquí va una lista de todas los escritos (o contenidos, si querés, porque hay cosas audiovisuales) que he publicado y distribuido hasta ahora, con una pequeño comentario de cada uno. La obra de mi vida gurises :'( escueta para tener 30 años pero abundante para una persona que siempre se sintió más digna y segura al trabajar en cosas que no tocan demasiado con el arte. Ah, no hace falta decir que todo lo que viene a continuación se ha distribuido siempre gratis (o a voluntad) y se publica con licencias libres. Ayer justo estaba hojeando Acá no hay nada (mi primer librito) y vi que en la última página había improvisado una intención de lo que ahora sé que se llama CC BY-NC. Que más pureza ideológica quieren que ejecutar la intención antes de tener el concepto. Realmente soy un hombre de bien.
Es lo que tengo (libro de cuentos, 2023)sigue siendo el más mimado de mis hijitos porque es bonito y fue una gesta colaborativa. Quienes vivan en Uruguay me pueden pedir una copia gratis, me quedan un montón. Cada uno de los 10 cuentos tiene ilustraciones de Natalia Acosta (prestigio!!!). El prólogo de mi amiga Noe dice que «es un desborde de la feminidad prometida». Mis amigues dicen que se lee muy rápido. Mis amigues también me preguntan ¿es verdad que tenés un hermano muerto? ¡¡Yo contesto que eso no se pregunta!! ¿Y es verdad que conociste a alguien que rellenaba tartas con sobras y pan rallado? Tengan un poco de fe en la ficción, chiquilines.
Si me preguntan si tal o cual cosa fue verdad al final no se puede escribir nada. Si después de leer Victor (cuento publicado en Isla #15, 2023) me preguntás ¿es verdad que hay un tipo que te ayuda a suicidarte? me obligás decirte que no. ¡¡¡La vida es hermosa!!! Aunque a veces no tenés plata y tenés que hacer cosas por plata y dan ganas de cabecear una bala, nunca les pasaría el teléfono de Víctor. Solo puedo decir que es muy nerd y muy jot y que vive en la playa.
Eugenia y su mamá también viven cerca de la playa. En los fragmentos de la novelita Alrededor de la piscina (2020) que publiqué en las revistas Isla #7, #8 y #9 la mamá de Eugenia se llama Silvia, pero ahora le cambié el nombre a Jimena (el Flaquito dice que Silvia le suma más años de los que tiene). En realidad, Jimena y Eugenia pagan la UTE y la OSE en un barrio tranquilo de Montevideo, pero se fueron a un all inclusive en un paseo madre-hija. Eran tan solo 10 días de vacaciones, pero yo las empecé a escribir en 2020 y ahí las dejé, estacionadas. Eugenia la está pasando bomba, meta franelear con una masajista del spa del hotel. Jimena lo está pasando un poco mal, porque obviamente la novelita se trata sobre el vacío que experimentan las mamás cuando se desconectan de los hijos y se dan cuenta de que estaban desconectadas de ellas mismas… Por suerte, Jimena se encontró en el all inclusive a su ex novio de la adolescencia y a la esposa de él. Son una pareja de pendeviejes poliamoroses que a la gente le parecen estúpidos pero a mí me caen bárbaro. ¿Dicen que sale trío? Era mi idea al principio, y me dan ganas, aunque también me parece muy básico. Entre la represión sexual (la mía, la de todes) y el conflicto con la madre (la mía, la de todes) puede que esta novelita no llegue nunca a su final. Yo quiero sacarlos a ellos cuatro de ese encierro, quiero que vuelvan a sus casas con la cabecita fresca y el cuerpo relajado… pero para eso preciso seguir escribiendo y preciso aprontarme otro mate.
Si hablamos de traumas y bloqueos, mi primogénito Acá no hay nada (libro de cuentos, 2018 y colección de audiocuentos, 2019) contiene Sustancial, un cuento altamente autobiográfico que no tiene el menor sentido. Vayan a mirarlo y explíquenme cómo es posible que empiece a hablar de una cosa, siga hablando de otra que nada que ver y después PUFF, listo, se terminó el cuento. Esta deriva con final abrupto – o sin final – es un patrón que repito, pero en este “cuento” me duele particularmente. Yo sé cómo continúa la historia y no lo conté porque es una herida abierta y no estuve dispueste a escarbar más. Me cagué. Eso es todo. ¿Cuantas chelas, mates y alfajores se necesitarán para que mis deditos en el teclado puedan desandar el camino hacia esa herida? Dato de color: la anécdota que quiero retratar en el cuento la relato infaltablemente en toda primera cita. Es para que la gente sepa desde el minuto 0 que se están metiendo con alguien que no está bien de acá arriba ni de acá abajo.
Y cuando me refiero a ahí abajo tengo que contarles que en Isla #10 (2021) publiqué unos poemitas arrejuntados bajo el subtítulo Para mí esto es porno y en Isla#12 (2022) publiqué unasPoeminas de amor.
El amor como tema solo puede llevarnos a una especie de obra cumbre en mi carrera de no-ficcionista, el #11 del Boletín de Piques y Desventuras de Nat (2021). Es tan cumbre que luego de que hice ese boletín no hice más boletines. El boletín era (¿o es?) una especie de blog personal que respondía a la siguiente estructura: 1. PIQUES / 2. UN CONCEPTO / 3. AUTOPROMOCIÓN DESVERGONZADA / 4. ¿QUÉ PODEMOS HACER POR ESTE MUNDO TAN CRUEL? / 5. PALABRAS DE UNX AMIGUE / 6. AGRADECIMIENTOS. Me gusta/ba esa estructura. El boletín era/es un pequeño combate a las redes sociales, una vía lenta y de estímulos suaves para compartir mi vida con mis amigues e internet. ¡¡¡Ahhh qué lindo era recibir una respuesta a mi boletín!!! Sobre este número en particular una muy querida amiga me respondió “me gustó tanto que si estuvieras acá te daría un pico” – un pico que por cierto aún no he recibido. El concepto que explora el Boletín #11 es el amor libre. Ahí dibujé el iceberg del amor libre, que me parece un hit. Al día de hoy cuando una persona se sienta a pedirme consejo sobre las relaciones abiertas (mi psicólogo dice que yo tendría que abrir ese kio$ko) lo mejor que puedo hacer es escuchar sin decir nada – todo el mundo quiere que le escuchen – y darles el boletín #11. Ahí está sintetizado todo lo tengo para decir al respecto, de la mejor manera en la que he podido decirlo.
Pero yo pienso que es bien al pedo teorizar sobre el amor. Al final del día no vamos a actuar de acuerdo a lo que pensamos sino a lo que sentimos. Hay gente que sentipiensa, que le pasa todo por el mismo órgano. Yo no, yo soy una moralista de mierda. ¿De qué sirve pensar bien si sentís mal? ¿Y qué pasa cuando tomás una decisión de acuerdo a lo que pensás y no a lo que sentís? Pues caos, destrucción, resentimiento. Nunca podés hacerte cargo de esa decisión que tomaste. Es como un hijo que te sale verde y con tentáculos. Sí, ponele, yo hice eso, pero no me puedo hacer cargo porque lo que yo quería hacer era otra cosa. De hecho, ¡nunca quise tener hijos! Se dio no más. No sirve de mucho pensar lo correcto si nuestros sentimientos son la misma mierda de siempre. Por eso tal vez nunca vuelva a hacer teoría sobre el amor, pero sí desarrollé esta meta teoría ¿Las comendias románticas son la pornografía del afecto? (2023)En esta transmisión en vivo que hice con mi amigo Alvarito tratamos de investigar la relación entre los productos culturales de ficción y los sentimientos de mierda que solemos tener en nuestras relaciones sexoafectivas. Para escuchar mientras limpiás el baño.
Si el boletín de piques y desventuras de dejó con ganas de ver lo que mi mamá denomina «los ganchos de los Hernández» (mi caligrafía) te complacerá saber que en Isla #13 (2023) recorté, pegué y scaneé unos Recortes de diario. Desvaríos personales manuscritos crudos que me pareció bien compartir.
Y si lo que buscas es aún más reflexión metalingüística (aburridooooo), te recomiendo vichar Isla #6 (2020) donde publiqué «Metalingüísticos y una gentileza» para seguir cumpliendo con el cliché pudridor de escribir sobre escribir.
Yendo a las arcas del pasado, encontré también mi blog de Medium(2013). Ha albergado muchas entradas que me dan vergüenza y muchas ideas con las que ya no estoy de acuerdo, pero no las oculté todas por respeto a la Nathalie que supe ser. Puedo ser indulgente con la juventud y decir “tenía 20 años, no sabía nada de la vida” pero hay que reconocer que escribía con mucha mayor claridad en ese momento que ahora. ¿Será porque leía más? ¿Porque estaba acostumbrade a escribir para les profes de la Universidad? No me gusta el tono que manejo en esos textos, me parece acartonado… pero claramente la escritura es mejor porque sencillamente se entiende mucho más. No recurro a cursivas, comillas, guiones y anglicismos 3 veces por línea. Tengo que recortar y pegar acá un fragmento de un cuento (Sombreros) que escribí en 2013 para unos deberes de facultad: «Solo un selecto círculo de modistas y marroquineros conocen la capacidad de las ideas de adherirse a la tela interna de los sombreros. Se dice que en la antigüedad existió una civilización que dedicaba enormes esfuerzos tecnológicos a la invención de un sombrero impermeable. Algún sombre(re)ro poderoso, paranoico del contagio mental, promovió la monocefalia hasta convertirla en un valor ortodoxo. Aún en la época en la que yo fui fabricado las “buenas costumbres” de un “sombrero decente” implicaban servir todo el tiempo de uso a una misma cabeza.” Perdón, no sé, me da gracia. Ah y si hay gente que documenta su transición identitaria-genérico-sexual en internet por qué me voy a cagar yo borrando mi historia? Ahí les dejo los registros de cuando me parecía feo emborracharse y creía que lo del feminismo ya estaba resuelto y no me gustaba que me dijeran zurda. Pienso en las jóvenes militantes de hoy y me da una vergüenza no haber sido ellas… pero también, qué querés, con ideas más claras hubiera estado más sola y amarga de lo que ya estaba.
Al revolver los archivos de mi compu me acordé de que en un momento quería empezar otro boletín paralelo que hablara específicamente de sexualidad y anticapitalismo. Tengo escritas 3 “cartas” que hablan sobre cómo cambiar el mundo cogiendo (?), y apuntes para otras más. No sé si puedo respaldar lo que está en esas cartas, pero sueno tan segure de lo que estoy diciendo en ellas que no puedo más que exportar el pdf y compartirles esta primicia de proyecto inconcluso al que quise llamar “Una antorcha” (fechas inciertas, entre el 2020 y el 2021).
¿Qué más les puedo ofrecer? ¡Cosas de facultad! En 2013 hice un videito con fotos ilustrando el cuento de Felisberto Hernández Lacasa de Irene. El resultado final es bastante chuminga, pero díganme si la carita de Penélope, la voz de Álvaro y la manaza de mi hermano no merecen ser mostradas. Me parece muy lindo todo! Obviamente, todas estas personas – les Carro y les Fraga que me prestaron sus casas, mis viejes que fueron utileros y choferes – hicieron las cosas por amor a mí y al arte. 2 minutitos de audio y foto fija pueden llevar una producción!!! Por eso no dejo de mostrarlo, le tengo cariño aún.
Bueno, más o menos esas son todas las cositas artísticas rescatables que he hecho en la vida. Y las expongo en esta carta para incentivarles a que me financien un raid antipulgas y un juguito watts.
Acá es donde vienen mis coaches, mis astrólogues, y por qué no mi querido psicólogo a decirme “¿No pensás que tu desprecio por la plata es lo que hace que seas pobre? ¿No crees que querés ser pobre para no separarte de tu familia? ¿No hay un tema que ver ahí?” Primero: sí a todo. Segundo: hay otra cosa aún más vergonzosa, que es que si intentara consistentemente vivir del arte me expondría al fracaso – y es más lindo pensar que puedo hacer un carrerón de litergata y no lo hago porque no quiero. Pero tercero: (y más importante que todo lo demás), ya hemos trabajado este aspecto en un hermoso cuento inconcluso que se llama Hilo mental (Eslo que tengo, 2023): tengo la posibilidad de elegir qué parte de mi ser no se negocia, no se agota corriendo atrás de un pan fetado y una lata de garbanzos. Todavía no terminé de leer el libro de Mark Fisher pero ya llegué a la parte que me secunda en esto: es deprimente que cualquier cosa se pueda intercambiar por cualquier cosa. La guita podrá comprar mi tiempo y algunas partes de mi cuerpo, pero no quiero (por hoy) que pueda comprar mi identidad y mi proceso de desidentificación. Vender mi tiempo y mi organismo es vender mi vida, pero vender lo que escribo es venderme – aunque me venda a alguien que yo quiera.
¡VOS VENDÉ LO QUE VOS QUIERAS no estoy diciendo que no lo hagas! Estoy diciendo que yo, hoy, no quiero.
Ahhh pero qué son estos números de cuenta que vienen a continuación??? No es esto también una venta??? Puede ser. Pero todo todo todo podés leerlo igual aunque no quieras o no puedas mandarme 50 pesos. Si tengo que elegir entre poner un paywall y pegarme un tiro en la concha ¿saben qué elegiría? No sé, porque para mí es la misma cosa. Ah re dramática.
Acompáñenme en este experimento. Denme mucha guita. Y así mañana cuando despierte rodando en billetes mal habidos podré ver cómo me siento y explorar un poco más el asunto.
Comprenme un ventilador de pie, un paquete de canarias con jenjibre, un sanguchito vegetariano del McCarro. Lo que sea que pueda amenizar estas horas de escritura que viviré sirviéndome a mi misma, explorando mi historia y mi des-identidad, poniendo una palabra junto a otra: es lo único honesto que puedo hacer con mi existencia.
Prex: enehachece@gmail.com
Brou: 00135857500001 (me llamo Nathalie Hernández)
Paypal: nathaliehc27 / enehachece@gmail.com (no sé como funciona, creo que me tienen que buscar en la parte de Send and Request)
En algún momento había que probarlo.
Además de donarme a mí – o en vez de donarme a mí – donen a Undernet y a mastodon.uy. Sé que muches vivimos como si google, meta/facebook y x/twitter fueran entidades de bien público pero ¡sorpresa! no lo son. Santiago de Undenet hostea el sitio de Isla sin cobrarnos nada y gracias a sus esfuerzos militantes (y los de otras personas) puedo subir videos, usar una red social y respaldar mis archivos de texto sin pagar y sin ser la mercancía.
Por favor, reenviale este agite de alcancía a tu amigue que no paga alquiler ni préstamo hipotecario; o a tu amigue que tiene padres con buenas jubilaciones y que solo les pide plata por cuestiones de fuerza mayor. El posfordismo es una cuestión de fuerza mayor.
No puedo creer que sigamos sosteniendo esta ridiculez de vivir sin que todes tengamos la subsistencia asegurada. ¿Qué nos pensamos, que nos queda mucho tiempo? Ya saben, si precisan el número de Víctor, me avisan.
Ya saben que me sirve más que la guita que me comenten si les interpela alguna de estas cositas que están en los enlaces, pero no quiero desdecirme del experimento de pedir plata que bastante me ha costado. Besitos!! Feliz año nuevo!! Feliz Carnaval!!
Nat